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El Primer Anal De Esta Universitaria Fue Con su Amigo

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Svetlana era una chica rusa de 18 años, deslumbrantemente hermosa. Estudiaba Historia del Arte en la Universidad de Moscú, donde su sensualidad y atuendos provocativos atraían las miradas de todos los alumnos.

En particular, uno de sus compañeros de clase, Dmitry, no podía desviar los ojos de sus piernas. Svetlana se dio cuenta del efecto que causaba en él y comenzó a vestir faldas cada vez más cortas, deleitándose con su deseo. Dmitry era un joven apuesto y atlético, y Svetlana fantaseaba con él a menudo.

Un día, Svetlana invitó a Dmitry a su apartamento para estudiar juntos. Pero en realidad, tenía otros planes en mente. Lucía un sexy uniforme escolar que dejaba al descubierto sus piernas, provocando a Dmitry e invitándolo a explorar.

Cuando Dmitry llegó, Svetlana lo recibió con un beso apasionado. Él respondió al instante, despojándola de la ropa. Svetlana gimió al sentir sus manos acariciando su piel. Dmitry la guio al dormitorio, recostándola en la cama.

Dmitry la penetró primero por delante, estableciendo un ritmo sensual. Svetlana gemía de placer, alcanzando el orgasmo. Dmitry la volteó y la penetró analmente por primera vez, proporcionándole una intensa sensación de pleno.

Svetlana gritó al correrse de nuevo, sacudiéndose frenéticamente alrededor de Dmitry. Él se corrió dentro de ella, marcando un ritmo enérgico en sus orificios. Habían perdido la noción del tiempo, sumidos en el éxtasis.

Para Svetlana, aquella había sido la noche de su primera vez, explorando placeres aún más intensos de los que jamás se hubiera atrevido a imaginar. Y lo mejor de todo, la descubrió explorando nuevos y apasionados terrenos junto a Dmitry, incluido el sexo anal. Su deseo por él parecía ilimitado, y estaba decidida a saciarlo incansablemente en todas las posiciones posibles.

Dmitry, por su parte, se sentía el hombre más afortunado del mundo por haber sido elegido para semejante aventura. Ninguno de los dos tenía intención de volver a ser el mismo. Sus cuerpos y almas habían quedado irremediablemente entrelazados tras aquella noche de desenfreno.