Download

Biblotecaria se Desata Con un Cliente Que le Rompe el Culo

0%

Emma era una chica de 25 años que trabajaba como bibliotecaria. Tenía un rostro angelical y un cuerpo escultural, sensual y provocativo. Emma siempre se había sentido algo inhibida en cuestiones sexuales y sólo había tenido relaciones convencionales en su pasado. Sentía que había muchas facetas de su sensualidad aún por descubrir.

Un día, un nuevo empleado se incorporó a la biblioteca, Seth, un apuesto joven de 30 años. Seth no podía evitar mirar a Emma con deseo y Emma se sintió encantada por la atención de aquel desconocido. Comenzaron a entablar conversaciones coquetas mientras clasificaban libros, y una fuerte conexión surgía entre ellos.

Seth propuso a Emma verse a solas en su apartamento para continuar su plática, y Emma accedió sin dudar. Estaba ansiosa de explorar terrenos nuevos con él, y Seth parecía tan deseoso de complacerla como ella.

Cuando llegaron al apartamento de Seth, éste la besó apasionadamente. Emma respondió al beso con equal fervor, dejándose llevar por el momento. Las manos de Seth exploraron su cuerpo, despojándola de la ropa. Emma gimió al sentir sus dedos Masajeando su clítoris y diciéndole cuánto la deseaba.

Seth la guio al dormitorio, recostándola en la cama. La penetró profundamente, marcando un ritmo lento y sensual. Emma jadeaba y gemía, alcanzando pronto un fuerte orgasmo. Enloquecidos por el placer, Seth la penetró analmente con lubricante, mientras ella gemía de éxtasis.

Seth introdujo juguetes sexuales en todos sus orificios, proporcionándole un placer aún mayor. Emma estaba embriagada de sensaciones, descubriendo terrenos que ni siquiera imaginaba en sus sueños más salvajes. Seth la complació una y otra vez, en todas las posiciones posibles.

Fue la mejor y más intensa sesión de sexo de la vida de Emma. Seth hizo realidad todas y cada una de sus fantasías, llevándola a cotas de éxtasis que rozaban la locura. Habían descubierto juntos la pasión desenfrenada, y Emma supo que no volvería a ser la misma.

Aunque sólo se habían conocido hace horas, una conexión profunda se había establecido entre ellos. Emma sabía que volvería a llamar a Seth cuantas veces quisiera explorar los misterios del placer. Aquél había sido el día que descubrió su verdadera sensualidad, y no tenía intención de permanecer oculta por más tiempo.